Fuente Dé

Presentación de la ruta

La comarca de Liébana es uno de los lugares más impresionantes de la provincia de Cantabria. La ruta comenzará y finalizará desde el aparcamiento del teleférico de Fuente Dé.

Será un recorrido medio-duro en el que se empleará 5 o 6 horas dependiendo de la forma física que tengamos. Tendremos un desnivel aproximadamente de 1.200 m por zona de senderos y pistas. Podremos acortar la ruta cogiendo el teleférico sin necesidad de subir el kilómetro vertical de Fuente Dé.

La ruta actualmente no está señalizada en la ascensión del kilómetro vertical, pero es bastante orientativa y no crea lugar a pérdidas. En cambio, en el resto del recorrido, esta señalizada completamente con marcas y postes.

El paisaje que disfrutaremos tiene todo tipo de diversidad y nos encontraremos dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa. Subiremos al Mirador de El Cable, tanto por el kilómetro vertical como por el teleférico, situado a 1.850 m de altitud, con una espectacular vista sobre el Circo de Fuente Dé, y buenas panorámicas sobre las cumbres inmediatas del Macizo Central de los Picos de Europa. Desde este Mirador se podrá contemplar las cumbres de Peña Remoña, Padiorna, Picos San Carlos y Torre Altaiz, así como los Picos de Santa Ana, Tesorero y Horcados Rojos, y por supuesto Peña Olvidada.

El comienzo de la ruta dará lugar en el aparcamiento de Fuente Dé y será por zona de sendero hasta llegar al Mirador de El Cable donde comenzará la pista. Todo este recorrido estará lleno de vegetación y con vistas a la zona de Liébana y Picos de Europa que hemos mencionado antes. Habrá zonas técnicas en las que tendremos que poner especial atención.

A partir de llegar al Mirador comenzará la bajada por pista y nos dirigiremos en dirección al Refugio de Áliva y Chalet Real (1.670 m) Dos de los lugares más emblemáticos de la zona de Liébana – Picos de Europa. El Chalet Real es la antigua casa de la Real Compañía Asturiana de Minas y donde en 1912 se alojó el Rey Alfonso XIII.

Una vez llegados al Refugio de Áliva podremos hacer una parada en la cafetería y reponer fuerzas para el siguiente tramo que nos espera. Al continuar con el trayecto por la pista veremos la pequeña ermita de Nuestra Señora de las Nieves donde, más adelante, podremos desviarnos para visitarla.

Tras un rato caminando por la pista nos encontraremos a la derecha un riachuelo, el arroyo de las Salgardas. Un lugar perfecto si queremos hacer un alto en el camino. Si seguimos paralelos al arroyo podremos encontrarnos con una fuente para rellenar agua fresca, aunque no tratada.

Poco después llegaremos a un cruce donde a nuestra derecha se nos aparece un pequeño puente de madera que tendremos que cruzar. Aquí comenzara un pequeño tramo algo más complicado, por su estrechez y piedras, pero nada del otro mundo. Tras unos pocos minutos el camino se vuelve hacer más sencillo, aunque con pequeños cambios de desnivel. Nos adentraremos en un espeso bosque, donde disfrutaremos de magníficos robles y acebos.

En todo este tramo, que nos llevará al final de la ruta, la sombra será nuestra acompañante y estará señalizado el recorrido en todo momento. Poco a poco comenzaremos a divisar a lo lejos y a nuestra izquierda la carretera que se dirige a Fuente Dé desde Espinama y ya al final de la ruta podremos apreciar las cabinas del teleférico en su recorrido de subida y bajada.

Distribución de los kilómetros

0,0 km. Comenzamos la ruta en el aparcamiento de Fuente Dé donde podremos dejar el vehículo sin ningún problema. Tendremos la opción, en un primer momento, de subir en teleférico o por el kilómetro vertical.

1,2 km. Se subirá por un sendero estrecho con algún tramo técnico en el que habrá que tener especial cuidado.

2,4 km. Una vez arriba llegamos al Mirador de El Cable y seguiremos la ruta por zona de pistas en donde podemos admirar las cumbres del Macizo Central de los Picos de Europa.

4,1 km. Cogemos el desvío en dirección al Refugio de Áliva y Chalet Real situados a 1.670 m de altitud.

6,2 km. Llegamos al Refugio de Áliva donde podremos tomar un tentempié antes de continuar con la ruta.

8,2 km. Descendemos por la pista observando todas las praderas mágicas de Áliva y el diverso ganado que pasta en este majestuoso lugar. A unos metros divisamos la pequeña ermita de Nuestra Señora de las Nieves, la cual se podrá ir a visitar.

11,1 km. Tras un continuo descenso y dejando al lado derecho el arroyo de las Salgardas encontramos un pequeño puente de madera que tendremos que cruzar para adentrarnos en el bosque.

13,7 km. Continuamos recorriendo el tramo del bosque siguiendo las indicaciones de las señales y los postes en dirección a Fuente Dé. Iremos alternando senderos y pistas con cambios de desnivel constante.

14,2 km. Empezamos a ver la carretera a mano izquierda y al final de la ruta veremos las cabinas del teleférico funcionando.

15,8 km. Llegamos al aparcamiento de Fuente Dé. Fin de la ruta.

Tipo de terreno

El terreno no es apto para personas que se inicien en la montaña, pero el recorrido no es para nada técnico exceptuando los tres primeros kilómetros de subida.

Será necesario una equipación acorde a la actividad y sobre todo unas botas o zapatillas de montaña para poder caminar con seguridad durante el trayecto.

Es una ruta con un desnivel moderado, por lo tanto, debemos de estar bien físicamente para no sufrir en exceso.

Flora y fauna

La vegetación de la comarca es muy peculiar con presencia de ejemplares típicamente mediterráneos, como la encina o el alcornoque, entremezclados con bosques de tipo atlántico, como el hayedo y el robledal. La encina tiene una presencia importante en las zonas bajas; el roble tocio o rebollar, está muy extendido. Este es resistente a heladas y nevadas tardías, situándose preferentemente en las solanas, desde los 400 a los 1.300 metros. El roble albar se sitúa en valles o laderas suaves y en umbría, donde se encuentra desde los 500 a los 1.400 metros; principalmente, entre los 600 y 900 metros.

El hayedo, es el bosque más numeroso en Liébana, situándose en laderas desde los 600 hasta los 1.700 metros. El abedul, se encuentra en pequeñas manchas, en el límite superior de algunos hayedos y el castaño se manifiesta en bosques mixtos o en ejemplares aislados centenarios; el alcornoque se sitúa generalmente en las laderas expuestas al sol, desde los 400 a los 800 metros.

Liébana presenta, también una amplia variedad de vegetación. Tejos, alisos, acebos, avellanos, chopos, fresnos, etc., son otras de las muchas especies que nos encontramos. Finalmente, entre los 1.600 y los 2.000 metros de altitud, se encuentran los puertos de alta montaña, rodeados de altas cumbres y, donde pasta el ganado durante los meses de verano.

La comarca tiene una rica e importante variedad de fauna, destacando las especies en vías de extinción como el oso, urogallo, águila real y la presencia esporádica de ejemplares de lobo. Los corzos, venados y, en los Picos, el rebeco, también son muy abundantes, al igual que el jabalí, que es objeto de cacerías reguladas en los diferentes montes de la comarca. En los ríos, la trucha, la anguila y el salmón, son especies muy apreciadas.

Recomendaciones generales

Con un calzado y ropa inadecuados o en días lluviosos, con hielo o nieve es peligroso realizar esta ruta.

Se puede disfrutar de esta ruta especialmente durante la época de primavera, verano y otoño.

Importante aplicarse antes y durante la travesía protector solar. De la misma manera será aconsejable ir provistos de suficiente agua y comida. Aun así, tendremos agua en las cafeterías del Mirador de El Cable y El refugio de Áliva. Además, encontraremos alguna fuente natural por el camino en el descenso por las pistas.

Antes de iniciar la ruta infórmese de las previsiones meteorológicas del día. No camine bajo tormentas, niebla o ventisca. Hay que tener en cuenta que en la comarca de Liébana y Picos de Europa los inviernos son bastante fríos.

Las mínimas invernales pueden alcanzar los 5 grados bajo cero y en verano entre 5-10 grados. Las temperaturas máximas en verano no suelen sobrepasar los 30 grados. En alta montaña, como en este caso, puede variar considerablemente, especialmente en época invernal.

Lea detenidamente la documentación de la ruta de nuestra web para hacerse una idea más precisa de las exigencias de la ruta.

Si la realiza en solitario informe a alguien de sus planes y de la ruta concreta que va a realizar. Es aconsejable no salirse del itinerario para evitar perderse y dañar especies vegetales. Respete las zonas privadas.

Está prohibido recolectar frutos, ramas, hojas, plantas, ni animales y subirse a los árboles, piedras y vallas. No hacer ruidos que puedan molestar a la fauna sobre todo en época de cría y reproducción. Mantener los perros bajo control.

No acampar, no hacer fuego y, sobre todo, tener en cuenta que la basura no vuelve sola.

Productos y gastronomía

Liébana, por la singularidad de su microclima, ha sido una comarca donde hasta hace unos años se cultivaba el trigo, la cebada y, el centeno. Aún se conservan los viñedos, principalmente en el valle de Bedoya (Cillorigo).

Las patatas, garbanzos, judías, lechugas, tomates, cebollas, ajos, pimientos, etc., unidos a una gran variedad de árboles frutales, como los manzanos, cerezos, perales, melocotonares, avellanos, ciruelos, nogales, etc., ofrecen al visitante la posibilidad de poder adquirir los más diversos productos lebaniegos y, además, de gran calidad.

Los embutidos artesanos son excelentes: chorizos, lomo, morcilla, borono, panceta, etc., y las carnes, exquisitas, puesto que el ganado se cría en verdes y ricos pastos.

La comarca es un paraíso quesero, con dos denominaciones de origen: Picón Bejes-Tresviso y Quesucos de Liébana. El Picón Bejes-Tresviso se elabora con leches mezcladas de vaca, cabra y oveja. Es un queso graso, de forma cilíndrica con caras planas, corteza blanda y delgada de color gris, con zonas amarillo-verdosas. Su interior es de pasta compacta y con ojos, untosa, de color blanco, con zonas o vetas de color azul-verdoso, lo que determina un exquisito sabor levemente picante. Se madura en cuevas naturales de caliza entre los 500 y 2.000 metros de altura, donde se desarrolla el penicillium, que le da un inigualable sabor.

Los Quesucos de Liébana son quesos también de mezcla, utilizando leche de vaca, oveja y cabra, y pueden presentarse ahumados o sin ahumar. Con una forma cilíndrica o discoidal, es un queso graso, de pasta firme y compacta; cuando el quesuco es ahumado adquiere el color, olor y sabor característico.

El orujo de Liébana es otro de los productos de gran renombre. Desde el año 1985 se elabora en alquitaras fijas y en instalaciones adecuadas, continuando con el mismo proceso artesanal que se ha transmitido a través de generaciones. Una copa de orujo siempre se agradece después de las comidas y su buen aroma y paladar se puede apreciar tanto en el orujo natural como en los diferentes licores: miel, té, hierbas, frutas, etc. No debemos concluir este apartado sin citar al tostadillo, vino dulce y licoroso, elaborado mediante la selección de las mejores uvas de la cosecha y que es magnífico para acompañarlo con postres o con dulces.

La cocina tradicional lebaniega es de gran calidad, debido a que la materia prima es de indudable prestigio. Las sabrosas carnes, delicia de los visitantes; las hortalizas y verduras de las huertas; las truchas y salmones de los ríos; las legumbres de sus tierras; las setas de temporada; el delicioso cocido lebaniego; los postres caseros, elaborados a través de generaciones; la variedad de quesos de superior calidad y el té del puerto con orujo, hacen que el visitante que llegue a la comarca disfrute de una cocina tradicional con productos de primera calidad. Cocina tradicional presente en la gran oferta de establecimientos hosteleros que se encuentran repartidos por los diferentes municipios de la comarca lebaniega