Ruta Los Enebros

La ruta Los Enebros es la primera de un conjunto de rutas de bicicleta de montaña que parten, todas ellas, de la localidad de Talavera de la Reina (Toledo) y que pretenden conectar algunos de los pueblos de su comarca. Estas rutas han sido planificadas con distintos niveles de dificultad física y técnica, adaptándolas a diferentes condiciones de exigencia para que el ciclista pueda elegir la más afín a sus capacidades. Igualmente, aunque el punto de partida sea Talavera, las rutas se pueden comenzar desde cualquiera de los pueblos dentro o próximas al trazado.

Esta primera ruta discurre por las poblaciones de Talavera, Pepino, San Román de los Montes, Marrupe, Cervera de los Montes y Segurilla, todos ellos ubicados en la provincia de Toledo, en lo que se considera justo el inicio de la Sierra de San Vicente, lugar que se visitará más en profundidad en las siguientes rutas. Esta ruta es la más asequible y se puede realizar en bicicleta BTT, ebike o incluso en Gravel, ya que no transita por caminos demasiado técnicos a excepción de algunos puntos concretos. En el tramo de Pepino a San Román, atravesará la conocida Senda Viriato, lo que fue hasta hace unos años la GR-63 y que unía toda esta comarca.

Algunos puntos de interés que se detallarán más adelante son: Embalse de la Portiña, dehesas de Pepino y San Román, el enebral y umbría de la Vereda de Cervera o la senda de los Leñadores.

Camino do Monxe x(pueba)

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Descripción kilométrica

0,0 km. Salimos del parque de los Tres Olivos, ubicado en la avenida Francisco Aguirre de Talavera de la Reina, en dirección al embalse de la Portiña por el camino de Segurilla.

2,6 km. Fuente Aqualia. Fuente de agua potable.

3,7 km. Llegamos a lo alto de la presa de La Portiña.

4,5 km. El camino se topa con la carretera TO-1280, poco transitada pero que igualmente cruzaremos con cuidado.

6,2 km. Cruzamos la carretera CM-5100 en un tramo de buena visibilidad.

9,0 km. Llegamos a Pepino. Tras un breve tramo de carretera para cruzar el pueblo, cogemos el camino que nos llevará a San Román de los Montes (antigua GR-63).

16,4 km. Llegamos a San Román de los Montes.

18,6 km. Atravesamos el enebral y la umbría de la Vereda de Cervera.

22,3 km. Llegamos a Marrupe. Cruzamos la carretera CM-5100 y seguimos en dirección Cervera de los Montes. El camino por unos instantes vuelve a solaparse con la GR-63.

28,1 km. Llegamos a Cervera de los Montes. Atravesamos el pueblo por la carretera para rápidamente girar a la derecha y volver al camino, que en un primer tramo está asfaltado.

29,9 km. Termina el tramo asfaltado ya que nos desviamos a la senda de los Leñadores.

34,3 km. Llegamos a Segurilla y cogemos brevemente la carretera TO-1280 que nos llevará fuera del pueblo.

35,6 km. En este punto se inicia un sendero que bajará paralelo a la carretera y luego la cruza y sigue bajando por un camino más ancho, aunque algo técnico hasta bajar hasta el embalse de la Portiña.

44,2 km. Finaliza la ruta al llegar a Talavera.

Tipo de terreno

El terreno por el que vamos a transitar a pesar de poder parecer homogéneo va cambiando a lo largo de los kilómetros. Nos encontramos en primer lugar un camino asfalto que nos va a dejar en el embalse de la Portiña, cuyo entorno se caracteriza por una prolífica biodiversidad. A partir de este momento, el asfalto solo hará acto de presencia en los núcleos poblacionales que atraviesa la ruta, a modo de enlace entre caminos. A partir de Pepino, comienza un tramo de ruta de la antigua GR-63 donde el paisaje se vuelve dominado por la dehesa en su zona más baja, aunque convertido en monte de carrascas y chaparros en la parte más montana que tenemos a nuestra izquierda. Esta parte de la ruta, eminentemente ganadera, debió de ser en el pasado un enclave de relevancia trashumante pues a media ladera del cerro que observamos hasta San Román de los Montes, discurría el Cordel de Merinas, una de las muchas vías pecuarias que se ha ido perdiendo debido al abandono del mundo rural.

Al dejar tras nosotros el pueblo de San Román, nos adentramos en un curioso valle de cierta prominencia, cuya orografía ha condicionado la aparición de una vegetación diferente a los carrascales y dehesas que veníamos observando. Es aquí donde nos encontramos con un magnífico bosque de enebros, uno de los mejores conservados de nuestra comarca. El camino es aquí, durante únicamente este tramo, una pista de hormigón, aunque no tiene mayor relevancia pues el paraje que tenemos ante nosotros centrará nuestra atención hasta salir al camino que nos conducirá hasta Marrupe.

A nuestra llegada a Cervera de los Montes, y tras subir al depósito del agua de este pueblo, nos desviaremos a otro de los puntos de mayor interés de la ruta. Este es la senda de los Leñadores, un sendero o “single track” entre linderos y vegetación que nos lleva hasta Segurilla, desde donde bajaremos al embalse de la Portiña por un camino técnico debido a las piedras sueltas, pero a la vez muy divertido si se tiene confianza bajando. La primera parte es un sendero que a continuación se abre en anchura hasta dejarnos a mitad de embalse. Tras completar una media vuelta al embalse de la Portiña, cogeremos de nuevo el camino que nos lleva a Talavera.

Flora

Tras abandonar la población de Talavera de la Reina, llegamos en pocos kilómetros al embalse de la Portiña, enclave de gran diversidad florística, donde podemos encontrar entre otras plantas, las llamativas orquídeas floreciendo a finales del invierno. En este punto encontraremos no solo las especies propias del clima mediterráneo, si no también especies de ribera como sauces, álamos, olmos o fresnos. Es durante el otoño, el momento en el que los expertos en micología podrán disfrutar de lo que ofrece el entorno de este embalse, pues en sus márgenes fructifican multitud de hongos, dando lugar a una gran variedad de setas.

Entre la población de Pepino y la de San Román de los Montes, podremos disfrutar de una de las dehesas más pintorescas de la zona, tupidas por los pastos que alcanzan su mayor esplendor en primavera y que alimentan al ganado de las fincas aledañas, donde se entremezclan encinas con algún alcornoque.

Uno de los puntos más interesantes de esta ruta es, sin duda, el ya mencionado bosque de enebros que atraviesa la Vereda de Cervera tras dejar atrás la población de San Román de los Montes. Este enebral nos ofrece un paraje excepcional enclavado en una umbría donde se alternan encinas, alcornoques, retamas, cantueso o acebuches, entre otras plantas mediterráneas que en su conjunto dotan a este tramo de una singular belleza, rompiendo con el esquema típico de dehesa que veníamos observado.

La ruta continúa después de este punto, por un recorrido marcado por los encinares y alcornocales que nos acompañará de vuelta hasta Talavera, pasando previamente de nuevo por el embalse de la Portiña, esta vez por su flanco oeste, donde también se dan algunos tipos de pinos.

Fauna

El embalse de la Portiña se caracteriza por una amplia presencia de aves acuáticas como ánades o patos, cormoranes, somormujos, fochas, etc. En verano, durante las últimas horas de luz del día, se pueden observar chotacabras en medio de los caminos, e incluso cárabos o búhos. Algunas de las zonas que se transitan durante la ruta son de cierta importancia cinegética, por lo que no es raro divisar jabalíes o en menor medida, ciervos y corzos, aunque predomina el aprovechamiento ganadero por lo que el paisaje lo ocuparán principalmente especies de fauna doméstica como la vaca, la oveja o el cerdo.

También se podrán observar rapaces como los milanos o las águilas, reptiles como la culebra de escalera o la culebra bastarda, pequeños mamíferos como el zorro o el meloncillo, etc. En cuanto a fauna acuática, destacan galápagos, lucios, carpas o black-bass, presentes todos ellos en el embalse de la Portiña.

Recomendaciones generales

Ruta ideal para realizar en otoño, invierno o primavera, siendo esta la estación en la que los paisajes están más floridos y la temperatura es más agradable. Durante el verano se recomienda evitar los días de más calor y mayor insolación. Conviene siempre llevar al menos dos bidones con agua, aunque en los pueblos haya fuentes y comercios donde poder adquirir bebidas; igualmente conviene llevar algo de comer para evitar las famosas “pájaras”. La ropa ha de adecuarse a cada estación, pues al ser clima continental, la amplitud térmica es muy acusada entre los distintos periodos del año. En épocas donde no vayamos muy cubiertos por la ropa, la crema solar será nuestro mejor aliado para evitar la quemazón en la piel, mientras que las gafas de sol nos protegerán los ojos de la radiación y también del viento.

Para seguridad del ciclista es importante avisar a algún familiar o amigo del itinerario que se va a realizar. Incluso, algunas aplicaciones de teléfono como Google Maps o WhatsApp permiten mandar ubicación en directo (solo si hay cobertura) para hacer el seguimiento del trayecto por parte de la persona que lo reciba. Es necesario a su vez consultar la previsión meteorológica para evitar sustos e n forma de tormenta, viento, altas temperaturas, etc. También se recomienda no recolectar frutos, hojas, ramas, piedras, perturbar a la fauna silvestre, y por supuesto, no practicar la acampada libre, tirar basura ni encender fuego, no salirse del track ni tampoco invadir fincas privadas.