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Descripción
La ruta Talavera-Sierra de San Vicente pertenece a un conjunto de rutas de bicicleta de montaña que parten todas ellas de la localidad de Talavera de la Reina (Toledo) y que pretenden conectar algunos de los pueblos de su comarca. Estas rutas han sido planificadas con distintos niveles de dificultad física y técnica, adaptándolas a diferentes condiciones de exigencia para que el ciclista pueda elegir la más afín a sus capacidades. Igualmente, aunque el punto de partida sea Talavera, las rutas podrán comenzar desde cualquiera de los pueblos que transita.
Esta cuarta ruta discurre por las poblaciones de Talavera, Segurilla, Sotillo de las Palomas, Navamorcuende, Hinojosa de San Vicente, Marrupe, Cervera de los Montes y Pepino, todos ellos ubicados en la provincia de Toledo. Se caracteriza por un aumento considerable de dureza respecto a las dos primeras, ya que es mayor en desnivel y distancia y ligeramente superior en dificultad. Se puede realizar en bicicleta MTB normal o eléctrica, siendo menos recomendable la bicicleta de gravel, ya que se pasa por alguna trialera y además al ser un desnivel y distancia considerables, conviene tener amortiguaciones para no acumular los impactos del terreno directamente en nuestro cuerpo durante varias horas.
Algunos puntos de interés que se detallarán más adelante son: el embalse de la Portiña, la atalaya de Segurilla, la Cañada Real Leonesa, el río Guadyerbas, el arroyo del Marrupejo, la Sierra de San Vicente, etc.
Descripción kilométrica
0,0 km. Salimos del parque de los Tres Olivos, ubicado en la avenida Francisco Aguirre de Talavera de la Reina, en dirección embalse de la Portiña.
3,6 km. Llegamos a lo alto de la presa de La Portiña.
9,6 km. Llegamos a Segurilla y nos dirigimos hacia el camino de Buenaventura (antigua GR-63).
15,5 km. Giramos a la derecha y cogemos la Cañada Real Leonesa que nos va a llevar a Sotillo de las Palomas.
21,7 km. Llegamos a Sotillo de las Palomas y continuamos por la Cañada en dirección Navamorcuende.
29,2 km. Llegamos a Navamorcuende y subimos atravesando la Sierra de San Vicente para luego bajar al pantano de El Piélago y a continuación a Hinojosa de San Vicente.
39,5 km. Llegamos a Hinojosa de San Vicente y continuamos el descenso hasta Marrupe.
46,5 km. Llegamos a Marrupe y al salir del pueblo tomaremos la carretera CM-5100 para volver a conectar el camino.
53 km. Llegamos a Cervera de los Montes.
55 km. Iniciamos una bajada de hormigón por una fuerte pendiente. Precaución.
56 km. Llegamos a Pepino y a partir de este punto el terreno es ya más sencillo hasta llegar a Talavera.
65,7 km. Llegamos a Talavera de la Reina. Fin de la ruta.
Tipo de Terreno
Durante esta ruta vamos a transitar por los paisajes característicos de los montes cercanos a Talavera de la Reina y también podremos disfrutar de cerca de los parajes y estampas que nos ofrece la Sierra de San Vicente. Nos encontramos en primer lugar un camino asfalto que nos va a dejar en el embalse de la Portiña, en lo alto de su presa concretamente. A partir de este momento, el asfalto solo hará acto de presencia en los núcleos poblacionales que atraviesa la ruta, a modo de enlace entre caminos y puntualmente en algún cruce.
Para subir a la localidad de Segurilla deberemos subir por un camino pedregoso y con cierta dificultad técnica, con una zona central que pondrá a prueba la destreza del ciclista de montaña y que añadirá dureza a las ya de por si empinadas rampas que aquí se pasan. A continuación, al dejar atrás Segurilla, los caminos se ensanchan por momentos, haciendo agradable el tránsito por las dehesas anexas al pueblo y que nos acompañarán hasta la Sierra de San Vicente. Atravesaremos Segurilla y cogeremos el camino de Buenaventura, que coincide en trazado con la antigua Senda Viriato (GR-63) y que nos llevará primeramente al arroyo Marrupejo, para a continuación, poner rumbo a la Cañada Real Leonesa.
La Cañada Real Leonesa nos va a dirigir hasta Navamorcuende, y aunque las cañadas son sinónimo de camino de gran anchura y buen firme, perfectos para el gravel, en este caso encontraremos algún tramo roto que añadirá exigencia a la ruta, especialmente entre Sotillo de las Palomas y Navamorcuende. Una vez llegados a este último pueblo, abandonamos la cañada para subir por la Sierra de San Vicente por unos caminos entre pinares que irán ganando en exigencia pero que nos deleitan con unos parajes idílicos. Rápido cogeremos un camino que nos lleva a Hinojosa de San Vicente y nos toparemos con el embalse del Piélago, reserva de agua procedente del nacimiento del río Guadyerbas. En este punto el paisaje ha cambiado el pinar por el robledal, y poco a poco, según nos vayamos encaminando a la cara sur de esta pequeña serranía, el robledal dará lugar al bosque de chaparros entremezclados con jaras. Las vistas de la comarca de Talavera desde la cara sur de la sierra son dignas de una parada antes de continuar bajando hasta Hinojosa. Cabe mencionar que la bajada a dicho pueblo puede llegar a tener algo de peligro si no vamos atentos, debido principalmente a la fuerte pendiente que hay en algunos tramos.
Dejaremos atrás Hinojosa y continuamos perdiendo altura de vuelta a Talavera. Pasaremos ahora por Marrupe, donde tras un breve tramo de asfalto retomaremos el camino, que al igual que en tramos anteriores viene coincidiendo con el GR–63 desde Hinojosa. La dificultad técnica en esta sección de la ruta va también descendiendo y salvo alguna zona puntual, el terreno será favorable hasta Talavera, tanto a nivel técnico como a nivel físico.
La ruta nos lleva ahora por Cervera de los Montes y posteriormente nos desviamos por un camino hasta Pepino, aunque antes de bajar a este pueblo, atravesaremos un camino hormigonado de gran pendiente. En este punto conviene bajar asegurando no pasarnos de frenada en las curvas, tocando los frenos con mucho tacto. Una vez abajo, no dirigimos de nuevo al embalse de La Portiña por una zona de cantería granítica. Transitaremos brevemente por los alrededores de la masa de agua y rápidamente volvemos a Talavera de la Reina por el camino que nos trajo hasta este punto al inicio de la ruta.
Flora
Se trata de una ruta dominada por la “selva” de encinas y alcornoques, que, por momentos, nos sumergen en zonas ampliamente boscosas que nos deleitan con unas vistas bucólicas de estos montes en los momentos en los que al ganar altura podemos alzar la mirada. Estas estampas nos acompañarán buena parte del trayecto, hasta llegar a Navamorcuende, punto en el que podemos observar la vegetación serrana marcada por los pinares y robledales característicos de la Sierra de San Vicente, y también por los jarales que allá por primavera nos ofrecen sus llamativas flores blancas a nuestro paso y que se entremezclan con flores como el cantueso o las retamas amarillas, también florecidas en esta época.
Además, la ruta transita por el embalse de la Portiña tanto a la ida como a la vuelta. Este es un enclave de gran diversidad florística, donde podemos encontrar entre otras plantas, las llamativas orquídeas floreciendo a finales del invierno. En este punto encontraremos no solo las especies propias del clima mediterráneo, si no también especies de ribera como sauces, álamos, olmos o fresnos. Es durante el otoño, el momento en el que los expertos en micología podrán disfrutar de lo que ofrece el entorno de este embalse, pues en sus márgenes fructifican multitud de hongos, dando lugar a una gran variedad de setas. En algunos tramos del camino que rodea al embalse, atravesaremos también varias zonas de pinares.
Fauna
Algunas de las zonas que se transitan durante la ruta son de cierta importancia cinegética, por lo que no es raro divisar jabalíes o en menor medida, ciervos, corzos e incluso muflones. Durante esta ruta también podremos disfrutar de paisajes marcados por los prados donde pastan las reses tanto bravas como mansas, debido a que transitamos en ciertos momentos por grandes fincas ganaderas, así como por vías pecuarias usadas para la trashumancia (Cañada Real Leonesa Oriental).
El embalse de la Portiña se caracteriza por una amplia presencia de aves acuáticas como ánades o patos, cormoranes, somormujos, fochas, etc. En verano, durante las últimas horas de luz del día, se pueden observar chotacabras en medio de los caminos, e incluso cárabos o búhos. En este punto también se avistan fácilmente animales como jabalí.
Durante el resto de la ruta se podrán observar rapaces como los milanos o las águilas, reptiles como la culebra de escalera, la culebra bastarda o el lagarto ocelado, pequeños mamíferos como el zorro, la nutria, el meloncillo, etc. En cuanto a fauna acuática destacan galápagos, lucios, carpas o black-bass, presentes todos ellos en la Portiña, o especies que remontan por el río Guadyerbas como el barbo o la boga.
Recomendaciones generales
Ruta ideal para realizar en otoño, invierno o primavera, siendo esta la estación en la que los paisajes están más floridos y la temperatura es más agradable. Durante el verano se recomienda evitar los días de más calor y mayor insolación. Conviene siempre llevar al menos dos bidones con agua, aunque en los pueblos haya fuentes y comercios donde poder adquirir bebidas; igualmente conviene portar algo de comer para evitar las famosas “pájaras”. La ropa ha de adecuarse a cada estación, pues al ser clima continental, la amplitud térmica es muy acusada entre los distintos periodos del año. En épocas donde no vayamos muy cubiertos por la ropa, la crema solar será nuestro mejor aliado para evitar la quemazón en la piel, mientras que las gafas de sol nos protegerán los ojos de la radiación y también del viento.
Para seguridad del ciclista es importante avisar a algún familiar o amigo del itinerario que se va a realizar. Incluso, algunas aplicaciones de teléfono como Google Maps o WhatsApp permiten mandar ubicación en directo (solo si hay cobertura) para hacer el seguimiento del trayecto por parte de la persona que lo reciba. Es necesario a su vez consultar la previsión meteorológica para evitar sustos en forma de tormenta, viento, altas temperaturas, etc. También se recomienda no recolectar frutos, hojas, ramas, piedras, no perturbar a la fauna silvestre, y por supuesto, no practicar la acampada libre, tirar basura ni encender fuegos, no salirse del track ni tampoco invadir fincas privadas.